En el mundo de la repostería o de la cocina en general, existen utensilios entrañables que nunca pueden faltar. Ejemplo claro de ello son los cortapastas o también conocidos popularmente como cortadores de galletas, herramientas básicas pero innegociables. En el caso de que estés buscando añadir un toque diferente a tus preparaciones, debes considerar esta opción para hacerlo.
Efectivamente, son utensilios para repostería que han formado parte del arte desde mucho tiempo atrás. Cuando se trata de añadir un toque personal o único a las galletas, no cabe duda que son ideales para tal fin. Por ende, a continuación, conocerás todo sobre ellas, entendiendo el porqué es necesario adquirir un buen juego de cortadores de galletas.
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Tal y como se mencionó, entre los utensilios para repostería que debes tener a la mano, los cortadores de galletas no pueden estar ausentes. Gracias a ellos, ahorrarás tiempo y esfuerzo a la hora de finiquitar esa deliciosa mezcla para galletas.
En líneas generales, no son más que una serie de moldes medianamente afilados hechos principalmente de acero. Todos y cada uno de estos cortadores varían en cuanto a formas y tamaños, por lo que las posibilidades son amplias.
Los cortapastas están diseñados para aplicar un toque decorativo a la masa para galletas recién preparada. Básicamente, te ayudarán a plasmar tus ideas favoritas de una manera divertida en uno de los postres más icónicos que existen.
Por si fuera poco, todos los cortapastas facilitan en extremo la labor de preparar galletas. Gracias a ellos, se agiliza tiempo y esfuerzo, resultando en una estancia menor dentro de la cocina. En sí, son instrumentos que buscan plasmar un gran resultado en poco tiempo. Y, lo mejor de todo, es que el procedimiento será preciso y exacto, sin depender de gran maestría para ejecutarlo.
Utilizar un cortapastas, aunque no lo creas, requiere de una técnica ideal para sacar el mayor provecho. En primer lugar, asegúrate que la mezcla para las galletas posea la consistencia ideal y se encuentre correctamente estirada sobre una superficie plana.
Luego de ello, toma el cortapastas con el molde o diseño ideal y colócalo suavemente sobre una de las esquinas superiores de la mezcla. Trata de comenzar de derecha a izquierda para seguir un ritmo y orden correcto.
Acto seguido, aplica mediana fuerza y, en caso de que no se separe por completo, mueve ligeramente hacia los lados el molde. Seguidamente, levanta y separa la galleta recién obtenida. Mide aproximadamente un centímetro de distancia y repite el proceso nuevamente hasta acabar con la mezcla. ¡Así de sencillo!